¿Eres de las que te afectan los cambios de estación a nivel anímico y de energía? Bueno, tranquila porque esto es bastante habitual, así que… ¡Keep Cal!
Ya hemos dado la bienvenida al otoño: cambios de temperatura, menos horas de exposición al sol, en plena rutina, y puede que estés a tope con el estrés.
El regreso al trabajo, el cambio brusco en los horarios y el retomar de nuevo las actividades después del parón del verano, puede hacer que nuestro organismo se resienta. Es probable que estos días el cuerpo te esté mandando señales con síntomas como un mayor nivel de cansancio o una falta de energía.
A veces no somos conscientes, pero muchas personas al sentir esos síntomas actúan aumentando el consumo de cafeína como solución a este problema. La cafeína por sí sola NO es algo negativo. De hecho, existen muchos estudios que la relacionan con beneficios cardiovasculares y un mayor rendimiento (¡en dosis adecuadas, claro!)
Entonces… ¿Cuál es el problema de la cafeína?
Pues el problema reside en utilizar la cafeína como solución al cansancio continuado. Esto es algo muy perjudicial porque NO estamos tratando la raíz del síntoma, sino poniendo un parche a la situación.
La toma de café, bebidas energéticas o incluso suplementos son parches que nos van «ayudando» a sobrellevar el día a base de esta sustancia, la cafeína. Aquí la duda que surge en muchos de los mensajes que me llegan es:
¿Es peligroso entonces el consumo de la cafeína?
La cafeína es un excitante que nos aporta una falsa energía momentánea y de manera rápida. Sin embargo, no es la solución a este problema y además es adictiva. Por lo tanto, a medida que vayamos consumiéndola, nuestro organismo creará tolerancia y nos demandará más su consumo.
Si te has dado cuenta de que la utilizas como “parche”, te está afectando al sistema nervioso o al sueño, lo mejor es que vayas reduciendo el consumo paulatinamente.
¿Cómo obtener más energía de forma natural y saludable?
Para conocer cómo obtener más energía de forma natural y saludable, toma nota de estas recomendaciones…
#1 Asegúrate que estás obteniendo energía a través de los alimentos
Revisa tu alimentación y analiza ¿Tienes un aporte suficiente de alimentos energéticos en tu dieta? ¿Consumes alimentos ricos en grasas y proteínas? ¿Consumes productos procesados o con mucho azúcar?
El azúcar nos da un estímulo puntual, pero a la larga nos hace estar más cansadas.
#2 Revisa tus hábitos de descanso
¿Descansas lo suficiente? ¿Duermes las horas que te pide tu cuerpo? ¿Tienes un sueño profundo o te despiertas por las noches? ¿Te levantas cansada y con falta de energía?
La primera fuente de energía es un buen descanso. Revisa cuáles son tus hábitos con el sueño y reflexiona si necesitas modificar alguno
#3 Cómo estás gestionando tus emociones
También es muy importante incorporar unos hábitos saludables a la hora de gestionar nuestras emociones.
¿Tienes estrés continuado? ¿Estás pasando por una situación de estrés en casa o en el trabajo? ¿Cómo gestionas tus emociones?
La fatiga mental causada por el estrés o la tensión también hace que perdamos mucha energía.
Revisa si tu cansancio se debe a un motivo físico, de falta de descanso o de estrés.
Una vez encuentres este motivo, reflexiona sobre qué puedes hacer para que afecte menos en tu vida.
Mi filosofía de trabajo siempre es tratar todos estos problemas de una manera integral, en lugar de ir poniendo parches a cada pequeño síntoma.