Estar de vacaciones y mantener una alimentación sana es totalmente compatible con las vacaciones y el verano. Eso sí, siempre y cuando lo planifiques y mantengamos un equilibrio. Es cierto, y no nos vamos a engañar, en ocasiones es difícil mantener los mismos hábitos que durante el año, con tantas tentaciones que nos brindan los restaurantes, chiringuitos y los hoteles, ¿verdad?
Nos esforzamos todo el año para cuidar la salud, llevamos una alimentación más o menos equilibrada, buscamos un hueco para ir al gimnasio y llegan las vacaciones, y en pocos días nos relajamos para volver a empezar de nuevo a la vuelta.
Durante las vacaciones, todo se vuelve más flexible en general. Los horarios, las rutinas e incluso nuestros hábitos cambian. Por norma general tendemos a comer más, alimentos diferentes, fuera de casa y realizamos mezcla de alimentos no apropiados. Todo ello, al final, es el origen y causa de muchos problemas digestivos o de la inflamación.
¿Sabes que 3 de cada 4 personas tienen molestias digestivas durante el periodo estival?
Síntomas como:
- La inflamación abdominal
- Las digestiones pesadas
- El estreñimiento
- Diarreas
- Reflujo
- Sensación de hinchazón
Y muchos más, son debidos a una Inflamación crónica en el organismo. En este link te detallo cómo mejorar tus digestiones y fortalecer tu sistema inmunológico.
A veces, tomando consciencia de ello y modificando unos pequeños hábitos, es suficiente para prevenir, evitar sustos, y que puedas disfrutar de estas merecidas vacaciones. Todo el año trabajando tu salud y preparando esos días de disfrute y descanso como para que, encima, en unos días lo tires todo al traste ¿no te parece? Así pues, en vacaciones no deberías bajar la guardia y tener en cuenta estos consejos:
1.- Planifica qué vas a comer los días que estés fuera
No queda otra, si quieres comer sano, es imprescindible que planifiques tu alimentación. Si vas a pasar unos días en un apartamento y dispone de cocina, lo ideal es que realices una compra con los alimentos que vas a necesitar. Planificar lo que vas a comer los días que estés fuera te asegurará llevar la alimentación que deseas. De lo contrario, ya sabes, lo más probable es que acabes picando y comiendo cualquier cosa.
2.- Cuidadín con los buffets de los hoteles
Ahora bien, si lo que menos deseas en estas vacaciones es ponerte a cocinar y vas a pasar unos días en un hotel, asegúrate de no pasarte con los buffets libres de los hoteles.
Es difícil contenerse a todas las tentaciones que existen en estos lugares, pero ya se sabe que un poco de esto y un poco de lo de más allá, acabamos comiendo más de la cuenta e invertirás toda tu energía en el proceso digestivo.
Pero si lo que deseas es cuidarte, tendrás que poner a prueba tu fuerza de voluntad para comer y beber solo lo estrictamente necesario por el bien de tu salud.
Prescinde de los zumos de fruta que suelen haber en los buffets. Contienen un alto contenido de azúcar provocando picos de insulina en el organismo. En su lugar puedes elegir la fruta fresca directamente.
Evita caer en la tentación de la bollería y los postres dulces. Asegúrate que el desayuno cumple con los requisitos diarios y opta por opciones como: huevos, licuados vegetales, pan integral, yogur con fruta natural, preparaciones con aguacate, avena, etc.
3.- Mantente hidratada todo el día
En esta época del año es fundamental no olvidar un hábito muy importante: beber agua varias veces al día. Aunque te parezca “inofensivo” no tomarla, la deshidratación que se produce en tu organismo pasa factura más tarde.
Si lo de beber agua no es lo que más te gusta, puedes optar por saborizarla con limón, frutos rojos, alguna hoja de menta o de albahaca. Mantenla a una temperatura fresca y a mano durante el día. También puedes optar por llevar una botellita de agua en el bolso. Así podrás optar a beber en cualquier momento del día.
4.- Si el restaurante es tu opción… Toma nota de estos consejos:
Elige dónde comer, mejor si es un sitio donde hay menú diario y que te ofrezcan la flexibilidad en cocina para pedir algún alimento a la plancha o al vapor.
De primer plato, una ensalada: Aunque sea pequeña, de esta manera te estás asegurando una porción de alimentos crudos. Para aderezarla escoge aceite de oliva en lugar de salsas industriales.
Si comes de menú, toma dos primeros platos en lugar de un primero y un segundo. La combinación de alimentos será más favorable a la digestión y, por tanto, tu organismo realizará un consumo energético menor. En cuanto a la guarnición, cambia las patatas fritas por ensalada o verdura.
Si no te apetece comer verdura, pide mejor pescado azul (atún, sardinas, salmón, arenque, caballa, boquerones) que carne. El pescado azul es rico en ácidos grasos Omega-3 que actúan en el organismo con función antiinflamatoria. Evita los fritos y pide los alimentos al horno o a la plancha. Este tipo de cocinado es menos agresivo y no resultan tan pesados a nivel digestivo.
Evita tomar postre, el postre normalmente estropea la comida. Mejor ayúdate con una infusión digestiva. Actualmente, y en vista que cada vez somos más las personas que nos preocupamos por cuidar de nuestra salud, los restaurantes están ofreciendo opciones de menú más saludables.
Ya lo has visto, estas claves están enfocadas a que realices comidas ligeras y fáciles de digerir cuando estés fuera de casa o durante tus días de vacaciones. Que estén basadas en alimentos vivos que equilibren el ph de tu organismo.
La salud se trabaja cada día, no cierra por vacaciones. Disfruta y cuídate también este verano. Si no sabes por dónde empezar y quieres que te acompañe, solicita una consulta conmigo.